jueves, 7 de junio de 2012

JUEGO DE HONOR (COACH CARTER)


Lectura situacional…
   
Bajo la dirección de Thomas Carter y producida por Paramount Pictures Corporation, Juego de Honor hace su primera a parición en 2005 como la adaptación cinematográfica de la biografía de Ken Carter, un entrenador de baloncesto que en el año de 1999 conmocionó al estado de Virginia, al suspender la participación de su equipo -Richmond Oilers- en el campeonato local dado su bajo rendimiento académico.
   
La Película, en términos de género, es por intención un biopic y por contenido un drama inscrito  en un ambiente deportivo –subgénero-; si bien el filme se concentra en un conflicto interpersonal e intrapersonal, no podemos obviar que dicho conflicto nace y se desarrolla en un equipo de baloncesto.
    
Lectura narrativa…
  
En el plano de la historia -¿qué se cuenta?-, de entrada nos ubican en lo que a grandes rasgos es el problema principal, un grupo de perdedores víctimas de las circunstancias, refugiados en la indisciplina, excluidos en sí mismos. La idea de aquí en adelante desarrolla el cómo y por qué dichos perdedores se convierten en ganadores, cuadro  en que se nos presenta a Ken Carter y con él el alma de la película. Un entramado simple, predecible, cuya exposición de acontecimientos se encadenan por contigüidad; en términos reduccionistas acción/reacción. 

La estructura narrativa, plano del relato -¿cómo se cuenta?-, es un apego a lo tradicional, una secuencia lineal de tensión-culmen-relax organizada en torno a cinco bloques narrativos claramente diferenciables. El estado inicial corresponde a la presentación de los Richmond Oiler en el filo de un abismo socio-deportivo, un conjunto de perdedores; el primer punto de giro, o fuerza de transformación, nace con el ingreso del entrenador Carter y el riguroso método que emplea, método que se resume en un contrato; el estado resultante sería el mal empleo o incumplimiento parcial de dicho contrato por parte de los jugadores; El segundo punto de giro, o fuerza de reacción, es el cierre indefinido del coliseo; y como estado final la concientización de los jugadores, el paso de perdedores a ganadores.

Los personajes…

Desde la perspectiva de la función que cumple dentro del relato, Ken Carter, representa al héroe. Su meta o misión los jugadores bajo su mandato, los Richmond Oiler, puntualmente una revalorización en sus expectativas, sus posibilidades. Los móviles por los que actúa, la ética de su pensamiento, ética que se resume en la aberración al estancamiento social, el inconformismo frente a un sistema que es lejos de lo que debería ser.

Siguiendo esta línea, el agresor, villano o malvado, sería la distorsión de valores educativos en una cultura. Un actor colectivo, pues en última instancia supone todo un fenómeno de integración social: padre, docente, comunidad en general. Los móviles por los que llevar a cabo el villano su misión, que dicho sea de paso, por definición, es evitar el cambio que se propone el entrenador Carter, mantener la unidad social vigente, nacen en la adopción de una conducta inhibitoria en el proceso de construcción y desarrollo personal; conformismo, miedo al cambio. 

El papel que desarrollan los jugadores de Richmond Oiler en este esquema  corresponde al de princesa o damisela en apuros, en tanto que son el objeto a rescatar por el entrenador Carter, el héroe. Cada uno ellos vive particularmente las consecuencias de nuestro villano en turno, caminos diferentes que al final convergen en un mismo sitio. 

Lectura temática… Personajes en función de la lectura temática…

Un hombre que llevó sus derechos de dominio al máximo en función de los intereses propuestos desde su labor. De criterio firme y método efectivo. Polémico por ser, aparentemente, el único que realmente hacía lo que debía hacer. Sus acciones definieron una vida que merecía ser contada y he aquí el resultado. Es pues el tema de la película Ken Carter. Tema, claro, producto de la función misma del biopic. Los subtemas, que los hay, y en cantidad, son constantes ideológicas que recorren la película en forma de problemáticas, pequeños núcleos narrativos. 

La película plantea acerca del Sistema Educativo una realidad viciada, corrupta, redonda, personificada en la directora Garrison, quien es constantemente cuestionada, controvertida, reprochada, por Carter, el héroe redentor. Nuestro primer subtema es, por defecto, una crítica al Sistema Educativo. Siguiendo la misma estirpe Carter, esta vez mediante su hijo Damien, presentaré nuestro segundo subtema, una crítica al estudiantado. Damien, que es el típico estudiante responsable que facilita la construcción del aprendizaje, plenamente convencido de ‘‘querer hacerlo’’ y practicante activo de la autogestión, es inmerso igual que su padre en esta realidad social para resaltar las falencias ahora del estudiante. El alumno también es un agente efectivo del proceso de enseñanza es el mensaje que carga su intervención en la película.

Retomando nuevamente a su padre, el entrenador Carter, nace nuestro tercer subtema, la colectividad; en Juego de Honor éste es tratado como un hecho psicológico de influencia positiva, algo así como un efecto de arrastre. La idea de equipo que impone el entrenador supone la regulación de la actividad individual mediante el equipo mismo: si un jugador comete una falta el equipo la paga. La presión del conjunto debería entonces forzar el individuo al autocontrol, a la consciencia sobre su proceder, a, finalmente, la responsabilidad.

Nuestro cuarto subtema nace en Kenyon y en su novia, el embarazo prematuro en adolescentes. Kenyon, figura del conjunto baloncestista, es el típico –o atípico- irresponsable responsable: su irresponsabilidad le lleva a embarazar a su novia y su responsabilidad le obliga a responder por ella, al menos planteárselo. Quiere hacer las cosas bien pero no sabe cómo, lo intenta pero no lo logra. Es el chico que ve saboteado su potencial por el descuido de la pasión, él es un puntual llamado de alerta en forma de protégete y, en caso de no hacerlo, responsabilízate. Kyra, su novia, es la embarazada por amor, la optimista sin fundamentos, en ella priman los sentimientos sobre los razonamientos, está segura de poder con el embarazo aunque su lema sea ‘‘cruzaremos ese puente cuando lleguemos a él’’; insensata quizá. 

En este mismo proceso de semantización, de significación, Timo Cruz representa la herencia del ‘‘narcotráfico’’, del bajo mundo; nuestro quinto subtema. No se le muestra como el prototipo de pandillero ávido de poder, puesto que la intención con él es mostrar la realidad del chico confundido, asustado. En Cruz se evidencian las ataduras, las idas sin regreso, quizá por eso su entrada en juicio es oportuna al asesinato de su primo Renny; claro mensaje de alerta sobre un común denominador en ese contexto, la muerte. En esta medida Cruz simboliza la primera etapa de ese camino y Renny la final, al menos la usual.
    
Junior Battle es el chico que se pretende autosuficiente, el cotidiano ‘‘no necesito de los demás’’. La figura de Lombriz enmascara una visión sexista hacia la mujer, mientras que la mujer por su parte toma parte en la contienda mediante proposiciones como ‘‘los niños se hacen hombres y los hombres no valen la pena’’. Jason Lyle es un llamado en forma de ejemplo contra del racismo. Los planos generales del ingreso a las instituciones de Richmond y  Saint Francis representan la abismal diferencia entre la educación pública y privada respectivamente, donde un monumento al evangelio en Francis y una alusión acerca de la ausencia de Dios por Cruz en Richmond dan viso de otro subtema de orbe cultural. Esto puede ser eterno.

Análisis formal…

La ausencia de Flash Back y Flash forward no afecta en lo absoluto la historia ni mucho menos el efecto que se propone la película; ésta logra una diégesis perfecta en su verticalidad temporal, punto a favor para Thomas Carter, su director, puesto que en la linealidad de la película los conflictos que se entretejen se justifican en sí mismos al relacionarlos con el ambiente. Una ausencia que contribuye al tono realista al que debe obedecer la película. El juego con el tiempo se emplea mediante el movimiento retardado y su finalidad es cargar una escena de suspenso, congelar en el espacio una serie de sentimientos, de sensaciones.

Otra ausencia que apenas se nota es el monólogo, el discurso interno propio del drama, sin embargo ello puede estar presente en forma de impresiones en el silencio. La escena en que Carter está en medio del gimnasio es a la vez un Flash Back y un monólogo reflexivo, por ejemplo; ambos indirectos claro, puesto en escena sólo se le ve pivoteando en balón mediante un trávelin. 

El uso del primer plano y plano medio tiene una incidencia decisiva en la producción de sentido, resaltan la intención didáctica del filme: que los personajes sean detallados en postura y gestualización incrementa su credibilidad y autoridad moral. Por otro lado estos planos destacan el discurso sobre la imagen, siendo el discurso directo otro recurso formal; el más utilizado quizá. Los diálogos, ya en esto del discurso, son a excepción de alguna impropiedad todos significativos; desde una pregunta que no busca respuesta hasta un común parásito del lenguaje local, siempre el uso del lenguaje es una puerta a la significación. 

Los picos, o giros súbitos en la acción son otra característica del drama, no puedo decir que la película es rápida o lenta puesto que su ambientación deportiva genera la impresión de movilidad al tiempo que dicha impresión es atravesada por los muchos encuentros para la comunicación. Es así pues que podemos encontramos frente a un agitado partido de baloncesto y de pronto la emotiva intervención de algún jugador aletarga el tiempo. 

Ya en el ámbito deportivo, fundamental dado que es el trasfondo de la película,  es de reconocer el resumir lo largo de un campeonato regional en, a lo sumo, fragmentos, episodios, sin perder la veracidad en el espectador. Reemplazar una serie de encuentros por una nota periodística, una entrevista, o una casual conversación, son los recursos utilizados. 

A la par del ámbito deportivo, el entorno marginal de Richmond se funde con la sociedad en una suerte de morfología socio-espacial en la que el sujeto significa desde el espacio, y en la que el espacio sólo es tal desde el sujeto. En esta medida entre lo mucho que nos ofrece el entorno en cuanto a creación de sensaciones o atmósfera, vislumbramos unos niveles de institucionalización débiles por no decir inexistentes, organismos de control social definidos pero escasamente organizados que justifican y se justifican en los preceptos imperantes de poder.  

Lectura valorativa…
Juego de honor es una película moralista en donde se humaniza lo malo y se relativiza lo bueno; en esta medida el reparto de culpas es complejo, todos parecen víctimas de las circunstancias, y todos parecen ser victimarios desde las mismas. En lo narrativo la fuerza expresiva se origina desde el apego a un hecho real, desde aquí nace el interés de la película. Ésta es en su cuerpo una sola unidad de impresión. Nada sobra y nada falta, está lo preciso, lo necesario. Su comprensión no se dificulta en gran parte gracias a su verticalidad, su linealidad; además desde un principio se nos hace un plano general de lo que será el problema y las circunstancias en que se desarrollará. Absolutamente todos los personajes corresponden a un estereotipo, lo cual facilita, además de la comprensión, el apego. La película termina transmitiendo una cantidad increíble de valores, al tiempo que nos recalca incisivamente que algo anda mal.